“Increíblemente la cárcel para mí ha sido una puerta de libertad que el Señor me ha dado para poder expresarle a la gente que aquí adentro también está él y que en estas cuatro paredes hay un Dios que nos puede restaurar y que nos da fuerzas para seguir adelante y que si podemos rehabilitarnos en este lugar”.
Para Dámaris Xiomara Santos Pinto, originaria de Jutiapa y quien lleva nueve años de cumplir una condena de 20 pero que confía en Dios y la justicia terrenal poder salir libre en noviembre del presente año, (gracias a su buena conducta y labor social) los días dentro del Centro de Orientación Femenina (COF) se le han hecho más “placenteros” desde que encontró una forma de ganar un poco de dinero y asistir a la iglesia cristiana evangélica.
“La verdad creo que las habilidades manuales siempre las tuve pero como cuando estaba afuera pensaba que mi trabajo en una agencia bancaria en mi departamento lo era todo, no tuve la necesidad de aprovecharlas” señaló, Santos a la vez que agregó, “Estando aquí me di cuenta que con ello podía sobrevivir en este lugar y lo mejor de todo aportar a la manutención de mi hijo a quien dejé de 7 años al cuidado de mi madre”, relata, sin descuidar su dedicado arte de la pintura en tela de uno de sus trabajos.
“Los días de visita exhibo mis productos junto a otras compañeras que también elaboran otras artesanías, manualidades o venden verduras”. A mí, me ha servido, dijo “El gran apoyo de mi querida madre que nunca me ha dejado desamparada, ella viene a verme con mi hijo y aprovecha para traerme pinturas, hilos, y demás materiales y a la vez lleva pedidos para vender en nuestra municipio”.
Sus inicios en el negocio
“Yo empecé a trabajar junto a otras 50 reclusas en el área de maquila en donde de forma muy esporádica viene trabajo de algunas empresas de afuera como Darosa a la cual le trabajamos de forma muy profesional, las bolsas donde ellos entregan sus productos y a otra empresa hotelera a quien le confeccionamos sus uniformes, por ello se nos paga por pieza terminada en ambos casos” comenta al preguntarle por sus inicios en su negocio, y agregó “Posteriormente descubrí mi talento para el dibujo y la pintura y poco a poco me fui animando a elaborar y vender mis productos”.
En lo relacionado al tiempo de la elaboración de sus productos Santos explicó que dedicándose completamente a ello (porque también sirve en la obra del señor dentro del COF) en el caso de las cepilleras podría dibujar, pintar y decorar entre cinco y seis al día y en cuanto a las sobrefundas podría elaborar dos, y que los precios oscilan entre los veinte a treinta quetzales.
“La verdad el tiempo que le dedico a mi producto es bendecido no solo por lo que gano sino porque hace que con el trabajo, los días se pasen volando”, expresó con mirada perdida y voz entrecortada, Santos Pinto.
Queremos una segunda oportunidad
Al respecto la privada de su libertad opinó que dentro del (COF) son muchas mujeres las que han decidido hacer un cambio en sus vidas “Unas pintamos, otras bordamos, otras vendemos artículos de belleza, trabajamos mantas picadas o bordadas, bolsas tejidas, confeccionamos bolsones, mariconeras, loncheras, billeteras y otras más elaboran artículos de bisutería”, por lo que quisiera aprovechar para “Hacerles conciencia a mis compañeras que aún no trabajan y decirles que como seres humanos todos cometemos errores, y que sé, sin temor a equivocarme que, muchas por su mente jamás pensaron en llegar a un lugar como éste, pero quiero recordarles que Dios nos dio talentos para poder aprovecharlos y que solo está en nosotras poder descubrirlos y convertirlos en pequeños proyectos que nos permitan que la estadía en este lugar sea un poco más llevadera y de provecho”, dijo.
Por otro lado, suplicó, “Todas tenemos derecho a una segunda oportunidad y así como Dios nos perdonó queremos que la sociedad nos brinde una segunda, porque en una gran mayoría de nosotras, nuestros pensamientos han cambiado, muchas ya no somos las mismas de antes, estamos arrepentidas” y agregó, “Aquí adentro también hay mujeres de valor, esforzadas, madres que amamos y trabajamos por nuestros hijos y que anhelamos poder algún día estar con ellos nuevamente”.
La buena conducta es vital
“Quisiera resaltar que también la conducta es muy importante dentro del centro ya que saber comportarnos y colaborar con las autoridades es muy positivo. Si nosotras cuidamos nuestra conducta al momento de acudir a ellos nos muestran su respaldo, existe un equipo multidisciplinario y gracias a ello podemos emprender un negocio y en mi caso muy particular me ha servido porque inicialmente tenía una condena muy extensa pero gracias a mi labor religiosa, mi comportamiento, mi negocio (rehabilitación) y porque mi delito fue estar trabajando como secretaria en un banco que se fue a la quiebra y que no pude pagar un abogado para que me defendiera vine a parar a este lugar que ahora lo veo de bendición, este año por fin, el 27 de noviembre, en Dios que todo lo puede saldré en libertad” afirmó, mientras dirige su mirada al cielo
Horas bien invertidas en labor social
Santos compartió, que también sus horas dentro del penal le dedica tiempo a visitar enfermas, predicándoles y orándoles, participando en discipulados por la mañanas y cuando su trabajo lo requiere a medio día en servicios en los cuales alrededor de aproximadamente un 30 por ciento de reclusas asiste y forman parte de la iglesia Evangélica que pueden llegar y recibir la palabra.
Su hijo cuenta los días
Al ser consultada, por su hijo quien ahora es un joven de casi 17 años con una sonrisa reflejada en su rostro expresó “Gracias a Dios mi hijo afuera también le sirve al Señor y eso le ha ayudado a sobrellevar la ausencia de su madre, pero que ahora que ya es grande me ha manifestado que la espera ha valido la pena y que él ve en mi a una buena persona y que cuenta los días para que estemos nuevamente juntos su abuelita, él y yo en nuestra casa allá en Jutiapa”.
Para finalizar Santos indicó que al cruzar la puerta de la libertad, su vida estará en las manos del Señor y a partir de allí dependerá de él y los propósitos que él tenga para ella sabe que los podrá cumplir porque afirma que su palabra dice “Que él es fiel y verdadero” y que trabajará en ella, para permitirle “Llevar palabra de bendición a muchas personas y hablarles que hay un Dios verdadero que puede transformarles” y que en lo laboral “Continuaré con este pequeño negocio y lo haré grande con la bendición de mi Dios”.
Reportaje: Carlos Hernández
Fotos: Doriam Morales
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